El 1 de abril de 2024, Alemania marcó un hito en su política de drogas al legalizar el consumo recreativo de cannabis, una medida que ha generado tanto entusiasmo como preocupación.
Según se plantea en la propuesta, uno de sus puntos principales es el de corregir a nivel constitucional la criminalización que existiría por parte del Estado, contra quienes cultivan y utilizan cannabis sativa con fines recreativos, espirituales o de salud.